I, Wolf
Por: Antonio Navarro
Soy Ingeniero Sanitario de la Universidad del Valle, aunque estoy más
bien acostumbrado a utilizar letrina porque viví en el monte echando
plomo durante varios años. En ese tiempo la guerrilla todavía era
marxista, y el conflicto no era negocio, por lo que podíamos hacer
golpes simbólicos contra el sistema como robarnos la espada de
Bolívar o tomarnos el Palacio de Justicia. La primera fue idea mía,
pero después un compañero me superó con el robo del cantón Norte y
entonces la guerrillera que yo quería impresionar se la llevó otro.
Tenaz, porque la guerrilla no es como la pinta Sergio Cabrera: era la
única vieja buena y me la ganaron.
Después me aburrí de andar por el monte y firmé la paz con el
gobierno. A los demás miembros de mi movimiento los declararon enemigos en
el ELN y decidieron matarlos, pero yo quedé con puesto político y
cumbamba de palo. Un trato justo, si me lo preguntan. Mis subalternos
decidieron sumarse a una pandilla revoltosa que por ese entonces se
hacía llamar FARC y era más bien pequeña. Mientras tanto, yo
escribía nuevamente la Constitución y me codeaba con la gente linda
de Colombia, aunque sin abandonar mis orígenes comunistas. Me dieron
una beca en la fundación revolucionaria Rockefeller, y me dediqué a
estudiar el medio ambiente. Eso es lo que a mí me gusta: las maticas,
igual que al ex presidente Andrés Pastrana. En últimas somos iguales,
medio hippies, educados, y egoístas. Por eso es que deben votar por
mí, aunque como digo en el Blog que tengo en la otra página de menor
circulación, aún no tengo programa de gobierno.
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