Contradicciones que respiran
https://supercontra.blogspot.com/2006/04/contradicciones-que-respiran.html
Una de las características más elocuentes que puede llegar a tener la personalidad de algo (sea un objeto, institución, persona, ciudad, o cualquier otra instancia a la que lleguemos a atribuirle variables antropomórficas), es la contradicción.
Así, por ejemplo, Las Vegas no es sólo tierra prometida de sexo sin amor, sino que a la vez es escenario de millones de matrimonios, capillas, y demás manifestaciones tradicionales de pareja. Que resulte tan pendejo creerse que el sexo desenfrenado es la respuesta a las preguntas que nos plantea la vida, como promulgar el amor casto y puro (así haya personas que ni siquiera logran dar con la pregunta), es otra cosa. En todo caso, entender las contradicciones hace fácil entender por qué en Las Vegas se casa la gente en los puentes, las esquinas, en paracaídas, con el mejor amigo, con el gato, o con un amigo imaginario (y además disfrazados de Elvis y Marilyn).
Julio Sánchez Cristo, sólo en aras de ilustrar mejor el argumento y sin ninguna intención de rebajarlo, se entiende a sí mismo como emblema de elegancia y sobriedad, pero no es sino verlo vestir o escucharlo hablar sobre alguna modelo para darse cuenta que tiene tanto estilo como un mafioso. Adicionalmente, debe su éxito a enamorar amas de casa, verdaderos pilares y héroes de la patria, a quienes mofa y desprecia en los comentarios que hace con sus amigos en el cocktail que tiene por programa de radio.
Yo, por ejemplo, procuro tener una vida razonablemente coherente con ciertos principios morales, hasta que aparece un revendedor con la boleta agotada para el partido de eliminatorias con Brasil, o una botella de whisky de contrabando a mitad de precio. Me precio de cuestionar mis prácticas de consumo para no apoyar la injusta explotación, hasta que veo un DVD de Dirty Harry, cualquiera de los hermanos Coen o Woody Allen. Y ya que estamos en películas, procuro encontrar mujeres para construir relaciones estables, pero al igual que Alvy Singer en Annie Hall (quien se enamoró de la madrasta malvada en Blanca Nieves), siempre parezco encontrar mujeres que están completamente desilusionadas con las relaciones conyugales. Que la madrastra, eso sí, sea a su vez una contradicción y pueda tener un lado tierno que no muestra, es otra cosa. Al espejito lo trataba bien, y seguro que era una leona en la cama. Pero nótese que eso era una apreciación sobre la madrastra, no sobre mis relaciones conyugales. Mal ejemplo, creo. Mejor me quedo con el de Las Vegas y con Julito.
Lo que me pregunto, en todo caso, es la personalidad que describen las contradicciones del Gobierno: llega al poder bajo el argumento de no ser un mesías, y lo único que ha hecho es perpetuarse. Critica el proceso de paz con el M-19, el escándalo de La Catedral, y los dineros calientes en la campaña de Samper, pero son justamente las cosas que nos cuentan sobre él todos los días los diarios. Promulga libertad de prensa, pero ataca a sus críticos con su poder y sin argumentos.
Creo que buena parte de lo que se escribió sobre el escándalo del DAS se va por la tangente. La solución no parece ser tumbar a Uribe y poner a su opositor. Las mejores críticas, curiosamente, vienen del Uribismo mismo: la mayoría de los escándalos vienen de cuotas políticas que otorgan los subalternos. Si los pasados tres años buena parte de los organismos de seguridad han estado penetrados por los paramilitares, el gobierno debería empezar por no ufanarse de los triunfos en seguridad democrática. Adicionalmente, cada vez es más evidente la poca relevancia que tiene Uribe en términos de funcionamiento del país, más allá de sus reuniones con el vulgo en las que solucionaba problemas de vaquitas y naranjitas. Si es cínico o pendejo, no importa. Si es trabajador (cosa que se le reconoce), pasa a un segundo plano, pues cada vez empiezan a pesar más en la realidad nacional esa serie de "desaciertos" que cometen las personas bajo su mando. Si él sabe o no, no tiene importancia en términos de su responsabilidad. De hecho, confesar que no sabía nada llega casi a ser peor, porque significa que ese superhombre, ese salvador que merece ser perpetuado, realmente no tiene el control para hacer todo lo que quiere y promete.
Así, por ejemplo, Las Vegas no es sólo tierra prometida de sexo sin amor, sino que a la vez es escenario de millones de matrimonios, capillas, y demás manifestaciones tradicionales de pareja. Que resulte tan pendejo creerse que el sexo desenfrenado es la respuesta a las preguntas que nos plantea la vida, como promulgar el amor casto y puro (así haya personas que ni siquiera logran dar con la pregunta), es otra cosa. En todo caso, entender las contradicciones hace fácil entender por qué en Las Vegas se casa la gente en los puentes, las esquinas, en paracaídas, con el mejor amigo, con el gato, o con un amigo imaginario (y además disfrazados de Elvis y Marilyn).
Julio Sánchez Cristo, sólo en aras de ilustrar mejor el argumento y sin ninguna intención de rebajarlo, se entiende a sí mismo como emblema de elegancia y sobriedad, pero no es sino verlo vestir o escucharlo hablar sobre alguna modelo para darse cuenta que tiene tanto estilo como un mafioso. Adicionalmente, debe su éxito a enamorar amas de casa, verdaderos pilares y héroes de la patria, a quienes mofa y desprecia en los comentarios que hace con sus amigos en el cocktail que tiene por programa de radio.
Yo, por ejemplo, procuro tener una vida razonablemente coherente con ciertos principios morales, hasta que aparece un revendedor con la boleta agotada para el partido de eliminatorias con Brasil, o una botella de whisky de contrabando a mitad de precio. Me precio de cuestionar mis prácticas de consumo para no apoyar la injusta explotación, hasta que veo un DVD de Dirty Harry, cualquiera de los hermanos Coen o Woody Allen. Y ya que estamos en películas, procuro encontrar mujeres para construir relaciones estables, pero al igual que Alvy Singer en Annie Hall (quien se enamoró de la madrasta malvada en Blanca Nieves), siempre parezco encontrar mujeres que están completamente desilusionadas con las relaciones conyugales. Que la madrastra, eso sí, sea a su vez una contradicción y pueda tener un lado tierno que no muestra, es otra cosa. Al espejito lo trataba bien, y seguro que era una leona en la cama. Pero nótese que eso era una apreciación sobre la madrastra, no sobre mis relaciones conyugales. Mal ejemplo, creo. Mejor me quedo con el de Las Vegas y con Julito.
Lo que me pregunto, en todo caso, es la personalidad que describen las contradicciones del Gobierno: llega al poder bajo el argumento de no ser un mesías, y lo único que ha hecho es perpetuarse. Critica el proceso de paz con el M-19, el escándalo de La Catedral, y los dineros calientes en la campaña de Samper, pero son justamente las cosas que nos cuentan sobre él todos los días los diarios. Promulga libertad de prensa, pero ataca a sus críticos con su poder y sin argumentos.
Creo que buena parte de lo que se escribió sobre el escándalo del DAS se va por la tangente. La solución no parece ser tumbar a Uribe y poner a su opositor. Las mejores críticas, curiosamente, vienen del Uribismo mismo: la mayoría de los escándalos vienen de cuotas políticas que otorgan los subalternos. Si los pasados tres años buena parte de los organismos de seguridad han estado penetrados por los paramilitares, el gobierno debería empezar por no ufanarse de los triunfos en seguridad democrática. Adicionalmente, cada vez es más evidente la poca relevancia que tiene Uribe en términos de funcionamiento del país, más allá de sus reuniones con el vulgo en las que solucionaba problemas de vaquitas y naranjitas. Si es cínico o pendejo, no importa. Si es trabajador (cosa que se le reconoce), pasa a un segundo plano, pues cada vez empiezan a pesar más en la realidad nacional esa serie de "desaciertos" que cometen las personas bajo su mando. Si él sabe o no, no tiene importancia en términos de su responsabilidad. De hecho, confesar que no sabía nada llega casi a ser peor, porque significa que ese superhombre, ese salvador que merece ser perpetuado, realmente no tiene el control para hacer todo lo que quiere y promete.
1 comment
me gustó mucho el post, pero estoy muy aperezada como para buscar un comentario sugerente que hacer al respecto, así que dejo no más la constatación y un saludo.
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