Cruzadas por el idioma
https://supercontra.blogspot.com/2006/10/cruzadas-por-el-idioma.html
Amable coincidencia del destino que, hoy, 12 de Octubre y día de la Raza, el nuevo pontífice pase una propuesta para restaurar la posición obsoleta anterior al segundo concilio Vaticano, y proponga en pleno siglo de Buck Rogers que en las iglesias se vuelva a escuchar misa en latín. Hace unos meses, alias orsai (celebridad de la blogosfera hispanohablante) sorprendía con un exquisito post (muy recomendado) en el que un vendedor tocaba la puerta de un pobre diablo para ofrecerle el equivalente a tiempo compartido en religiones.
Tal vez, al igual que con Saddam Hussein, los altos mandos de la Iglesia intimiden tanto a sus subalternos que todos teman darles indicadores acertados de la situación y prefieran maquillar las cifras (como también pasa, seguramente, en U.S.A.,Venezuela, Bolivia, Perú, Ecuador, Argentina, Chile, Paraguay y Panamá). En época de crisis, la que Caballero llama una sana escisión entre conocimiento y religión, en la que cada vez son menos los creyentes de la sagrada trinidad (o cualquiera de sus derivados), la Iglesia en vez de cautivar, viola niños, excomulga a quienes intentan solucionar los males que causa la dispersión universal de sus acciones pederastas, y además, ahora, trabaja porque nadie entienda este sancocho espiritual (de por sí, ya bastante confuso).
Lo curioso, además, es que en medio de la crisis, algunos de los más duros críticos de tan memorable institución, caigan, a su vez, en el mismo tipo de argumentos. Tal vez ahora que optan por una lengua muerta Fernando Vallejo vuelva a pisar la casa de Dios (seducido por los niños). Daniel Samper otro gran crítico del legado de Jesús y compañía, después de esculpir con pasión y perseverancia deliciosos textos durante años, ha optado por la "defensa del idioma", de manera análoga a la derogación del concilio que propone Ratzinger. En medio de sus batallas, critica la influencia del inglés y defiende el uso purista del castellano, como aquel que practican un puñado de lengüizopas.
El punto es, si la iglesia es anacrónica por defender violadores y excomulgar médicos, ¿no se puede decir lo mismo de quienes se rehusan a ver el español "percudido" con vocablos anglosajones? ¿Qué es eso que defienden tanto Vallejo como Pizano, si no un arabiñol sofisticado? En tiempos en los que pululan los estudios con bootstrapping y vida media en lingüística, y en los que se va hacia una filogenia del lenguaje, los argumentos que defienden el uso de un idioma esencial son tan ridículos como lo fueron dichos argumentos en debates evolutivos (básicamente, creacionistas que pensaban que en la diversidad de especies fijas se expresaba la voluntad divina).
Tal vez si celebráramos la poética de los extranjerismos y la retórica del chat, y la Iglesia en vez de pensar en latín para solucionar no sé qué problema optara por las confesiones en chatrooms y la eucaristía por YouTube, los niños no tendrían que ver curas porque en cualquier café internet solucionarían sus tormentos religiosos, y si fuéramos un poco más laxos con las reglas del idioma todos hablaríamos perfecto, y Samper y Vallejo no tendrían de qué quejarse. Hay algunos que parecen haber llegado tarde a la era de las cruzadas.
Tal vez, al igual que con Saddam Hussein, los altos mandos de la Iglesia intimiden tanto a sus subalternos que todos teman darles indicadores acertados de la situación y prefieran maquillar las cifras (como también pasa, seguramente, en U.S.A.,Venezuela, Bolivia, Perú, Ecuador, Argentina, Chile, Paraguay y Panamá). En época de crisis, la que Caballero llama una sana escisión entre conocimiento y religión, en la que cada vez son menos los creyentes de la sagrada trinidad (o cualquiera de sus derivados), la Iglesia en vez de cautivar, viola niños, excomulga a quienes intentan solucionar los males que causa la dispersión universal de sus acciones pederastas, y además, ahora, trabaja porque nadie entienda este sancocho espiritual (de por sí, ya bastante confuso).
Lo curioso, además, es que en medio de la crisis, algunos de los más duros críticos de tan memorable institución, caigan, a su vez, en el mismo tipo de argumentos. Tal vez ahora que optan por una lengua muerta Fernando Vallejo vuelva a pisar la casa de Dios (seducido por los niños). Daniel Samper otro gran crítico del legado de Jesús y compañía, después de esculpir con pasión y perseverancia deliciosos textos durante años, ha optado por la "defensa del idioma", de manera análoga a la derogación del concilio que propone Ratzinger. En medio de sus batallas, critica la influencia del inglés y defiende el uso purista del castellano, como aquel que practican un puñado de lengüizopas.
El punto es, si la iglesia es anacrónica por defender violadores y excomulgar médicos, ¿no se puede decir lo mismo de quienes se rehusan a ver el español "percudido" con vocablos anglosajones? ¿Qué es eso que defienden tanto Vallejo como Pizano, si no un arabiñol sofisticado? En tiempos en los que pululan los estudios con bootstrapping y vida media en lingüística, y en los que se va hacia una filogenia del lenguaje, los argumentos que defienden el uso de un idioma esencial son tan ridículos como lo fueron dichos argumentos en debates evolutivos (básicamente, creacionistas que pensaban que en la diversidad de especies fijas se expresaba la voluntad divina).
Tal vez si celebráramos la poética de los extranjerismos y la retórica del chat, y la Iglesia en vez de pensar en latín para solucionar no sé qué problema optara por las confesiones en chatrooms y la eucaristía por YouTube, los niños no tendrían que ver curas porque en cualquier café internet solucionarían sus tormentos religiosos, y si fuéramos un poco más laxos con las reglas del idioma todos hablaríamos perfecto, y Samper y Vallejo no tendrían de qué quejarse. Hay algunos que parecen haber llegado tarde a la era de las cruzadas.
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