And one Tweet to rule them all

Los debates han agitado las redes, y de alguna manera se re-acomoda el Zeitgeist electoral. En el debate colombiano, por lo menos desde las redes sociales, hay un status-quo muy evidente al que vuelve siempre la estructura de red después de una perturbación: al uribismo vs. all. Más allá de ser o no un seguidor de Uribe, es evidente que hace un manejo mediático absolutamente eficiente. Algunas características que asocio a su éxito, son las siguientes:

1. Está siempre activo, casi tanto como un robot ruso. Siempre con frases controvertidas y que agitan el debate. Cada mención, buena o mala, ayuda a vender su marca. Perpetúa su lugar hegemónico en el poder discursivo (por lo menos en la arena digital).

2. Crea controversia y échate a dormir: Al igual que Trump, rey de medios, tiene una capacidad innata para decir frases que generen exactamente la polémica que necesita para sobrevivir entre uno y otro pico de menciones. Jamás se acaba el ciberespacio de referencias a estos mega-centros en las redes.

3. No hay manera de atajarlos.

4. Lo importante es tener la pelota: Como Barcelona, estas mega-personalidades mediáticas, al dominar el debate, se aseguran de tener siempre la primera plana, las palabras más amplificadas. Siempre son el centro. Dominan los escándalos al estar siempre en el ojo del huracán. Nada les pasa ya que ese parece ser su estado natural. Todos ellos, Uribe, Petro, Trump, carecen de estabilidad en sus gabinetes, viven de frases bastante desconectadas de la realidad (o de una realidad exagerada), y son fenómenos relativamente desconectados del poder tradicional (o por lo menos eso argumentan).